lunes, 6 de febrero de 2012

Personas


Dentro de nuestra vida encontramos todo tipo de personas. Mis favoritas son las que solo con mirarlas a mí mismo se me dibuja una sonrisa en la cara.

Existen personas que llenan nuestro corazón de felicidad, y que cuando lo sientes vacío están ahí para recordarte que te equivocas que ellas existen y están contigo.

Otro tipo son las que tiene el mismo uso que los pañuelos, los utilizas y los tiras, o al contrario te utilizan y te tiran, se utilizan por conveniencia pero nunca esta de más tenerlas en nuestra vida.

Hay personas que las ves periódicamente y siempre te quedas mirándolas pensando en lo que te gustaría conocer a esa persona, hacerte su mejor amigo, o tenerla como una persona conocida por lo menos.

Y las peores, son las que por suerte nunca entraron en tu vida y no te hicieron ningún destrozo, o que por desgracia entraron siendo buenas personas y salieron siendo animales.

Todos somos un tipo de persona para cada persona.

¿Qué tipo de persona soy para ti?

Tú sabrás.

domingo, 5 de febrero de 2012

Sábados y Domingos

Hoy es el día de la semana que de pequeño siempre tuve como favorito junto al sábado.


Los sábados me encantaba que cuando iba entrando la noche mi madre me dijera que me arreglara, desde siempre he tenido mi ropa favorita, y aunque mi madre me preparaba la ropa si esa camiseta que había encima de la cama no estaba dentro de mis favoritas tenía que decirme otra ropa si o si. No había sábado que no saliéramos, y cuando ya estábamos, como se dice en Porcuna, “por ahí arriba” nos juntábamos con todos sus amigos y sus hijos, mis amigos, formábamos una pandilla de diez chiquillos y chiquillas más o menos, que nos pasábamos la noche dando viajes a la casetica azul de la Antonia a comprar chuches, que por cierto a mi me daba una vergüenza para morirme y siempre me las compraba alguien. También nos peleábamos y siempre salía alguno llorando, sino era yo, raro era, jugábamos al escondite y a mil juegos más que se nos ocurrieran.


Los domingos nos poníamos el chándal y nos íbamos a Cayo Coco, a mi chalé, allí hemos jugado a todos los juegos posibles, nos hemos caído miles de veces, nos hemos peleado mas veces todavía, pero lo que reíamos esos domingos no tiene nombre. Hemos roto todo lo que teníamos entre manos, no había domingo que no nos regañaran por algo malo que habíamos hecho. Lo mejor sin duda el día que nos colamos en el chalé del vecino, nos pillaron, mi chancla se quedo a medio camino, el vecino llegó a mi chalet dando con una marra en la puerta y tupió a nuestras madres mientras todos lo poníamos verde. ¿A quién pusieron calentito cuando llegó a su casa? A mi hermana y a mí.

Ahora los sábados los paso viendo la televisión o pasando frío en un botellón y los domingos limpiando mi piso, levantándome tarde y con depresión.

¿Qué daría por volver a esos sábados y a esos domingos?

No lo se, pero me encantaría poder disfrutar de esos días una vez más.

sábado, 4 de febrero de 2012

Principio


Cuando algo se empieza, siempre se hace con ilusión, con entusiasmo, pero el principio de este blog me es indiferente, lo hago por probar, porque algunas veces me entran unas ganas locas de escribir todo lo que se me pasa por la cabeza y que eso quede guardado y plasmado para que cuando pase el tiempo lo lea y lo relea.

Desde Septiembre como seguramente sepa quien esta leyendo esto, estoy estudiando en Madrid y como era inevitable muchas cosas han cambiado en mi vida para bien o para mal. Los días negativos, nostálgicos, tristes me hacen replantearme porque elegí Madrid y no Andalucía, y los días positivos me alegro de estar donde estoy, eso sí me alegro porque todo lo que he vivido desde que estoy en la capital, que no ha sido poco, ha sido positivo.

Lo negativo que tiene estar a 340 kilómetros de mi casa es eso, los 340 kilómetros podría decirse que de la infelicidad que me separan de la gente con la que he compartido 18 años de mi vida y de la que de pronto un día me separé y ahora veo de 20 en 20 días, algo que dentro de lo que cabe no me puedo quejar.

Cuando estas tan lejos de tu casa es cuando le das verdaderamente credibilidad a esas frases tan usuales como "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" "La distancia es dolorosa" "Hasta que no pierdes algo no lo valoras" y cuando te das cuenta de su veracidad ya es tarde, solo tienes que ser fuerte y aceptarlas.

Y aunque es verdad que la distancia es dolorosa, también es verdad que la fuerza y la resistencia existen, por lo que la fuerza hace que la distancia de 340 kilómetros sea corta, mínima e inexistente y más aún si existe un sentimiento mas grande que la propia distancia.